19 de junio de 2015

Mi dragón

Cada día tras mi rutina diaria, intento relajar a mi dragón interior y dedicarle un poco de tiempo. Mi dragón es muy peculiar,  bastante cabezota, orgulloso, bocazas, espontáneo, sincero y agotador. No se rinde fácilmente, ni se esconde del miedo. Sino que simplemente intenta volar libremente a sus anchas, lanzando alguna bocanada de fuego aquí y allá. lo que hace que se crezca cada vez más e intente volar cada vez más alto. Tampoco quiero que sea independiente y se vaya, porque he de reconocer que le adoro.  Así que mi opción, es dejarle un radio corto de vuelo a mi alrededor. Con él sobrellevo mi día a día con ganas, y sabiendo que gracias a mi dragón interior siempre seré yo misma. Simple y llana, con la verdad por delante , y una pequeña soñadora con los pies en la tierra; pero siempre con mi dragón.

13 de junio de 2015

Pequeño fuego

Tras varios meses de trabajo interminable como investigadora histórica, Enía había decidido tomarse unas largas vacaciones en Irlanda. Siempre le había llamado la atención ese país, sentía como que necesitaba ir allí. Así que sin más preámbulos se  compró un billete de avión directo a Dublín, una vez allí ya decidiría a que parte del país ir.
Al llegar al aeropuerto se dirigió en taxi al hotel que tenía reservado para esa noche, y desde ahí ya  vería su siguiente destino. La verdad es que el pequeño hotel era precioso, situado a las afueras de la ciudad, tenía un encanto especial; y estaba lleno de hermosas pinturas de la mitología celta. Siempre le habían apasionado aquellas historias de dioses irlandeses que su madre le contaba de pequeña; así que estaba en un entorno que le agradaba muchísimo. Una pintura en especial llamó su atención, representaba a Bridgid la diosa del fuego, su mirada era hipnótica , le hechizó por completo. De pronto una mano se posó sobre su hombro, sobresaltándole,y una dulce voz le susurró al oído " se parece mucho a ti, tienes su mismo pelo rojo, color de piel e incluso esa mirada que no puedes dejar de observar".
Enía se giró bruscamente para darle un puñetazo al que se había osado a hablarle de esa manera sin conocerla; pero le atrapó la mano en el aire , y para su sorpresa reconoció el rostro que la estaba mirando. Era Kalen, el que había sido uno de sus mejores amigos en la universidad, pero que tras la graduación había desaparecido sin dejar rastro alguno. Después de una cena para ponerse al día, descubrió que también estaba allí para unas largas vacaciones y Kalen le convenció para ir a ver los famosos acantilados de Moher al día siguiente.
Alquilaron un coche para una semana y pusieron rumbo a la costa; después de varias horas por fin alcanzaron los acantilados. Enia se quedó asombrada con  la inmensidad que la naturaleza presentaba ante ella, con una altura de 120 metros directamente sobre el  mar, todavía notaba como las olas eran capaces de agitar el aire de su alrededor.
 Después de unos largos minutos absorta en aquella visión asombrosa, una pequeña luz llamó su atención en mitad del acantilado, era como una bola de fuego; pero eso no era posible, no había ningún tipo de acceso al acantilado.
Corriendo se acercó a Kalen para contárselo, y en lugar de creer que estaba loca, confirmó su visión y le dijo que tenían que hablar. Le llevó a una pequeña entrada en el acantilado, que comunicaba con una pequeña galería, entonces Enia se dio cuenta que Kalen conocía muy bien aquel lugar, pues sabía muy bien donde estaba cada piedra. Así que sin dudarlo un momento le preguntó " ¿quién eres Kalen? y ¿porque conoces tan bien este lugar?, que es eso que hemos visto antes." Él se sentó a un lado, y apoyando  su cabeza en sus manos le dijo " tienes que prometerme que me vas a escuchar sin interrumpirme, y que aunque te parezca increíble es real lo que te voy a contar" Enia simplemente asintió.
" Llevo años esperando, siempre sospeché que tenías algo especial, pero no creí que pudieras ser tú. Mi nombre significa (el que posee las claves), mis antepasados provienen de los Tuatha de Danann, antiguos dioses celtas, y mi cometido es encontrar a una descendiente de  Bridgid la diosa del fuego, porque Morrigan la reina de los fantasmas, pretende destruir la luz del mundo, para que los fantasmas vaguen libremente por este mundo, entonces aquellos que tienen cuentas pendientes vivirán torturados y la humanidad se acabará destruyendo a sí misma".
Enia no podía creer lo que estaba oyendo, esos era puros mitos como los que le contaba su madre de pequeña. Estaba temblando, totalmente incrédula, pero a la vez algo le decía que Kalen estaba siendo totalmente sincero con ella. " Entonces no estarás insinuando lo que yo creo, yo no puedo ser descendiente de Bridgid, no tengo nada de sobrenatural en mi" " Creeme Enia, para empezar, tu nombre significa pequeño fuego, además tenemos que ir a la Colina de Tara, allí se encuentra la piedra del destino, serás capaz de activar tus poderes de diosa y con un pacto de sangre retener a Morrigan en su cautiverio".
Aún con cierta reticencia por parte de Enia, pusieron rumbo a la Colina de Tara; pararon a hacer noche en un hotel rural, pero se encontraron con que sólo había una habitación. Kalen le indicó que él dormiría en el coche, y tras ayudarle a subir las maletas se dirigió a la puerta " Por favor Kalen, no te vayas , estoy muy asustada por todo esto, no se que creer, y eres lo único que me conecta con el mundo real, hace años que te conozco, siempre he confiado en ti,  y siempre te creí especial". Así que Kalen cerró la puerta y cruzando la habitación se dirigió directamente a Enia, sin dudarlo ni un segundo le lazó a su boca con un beso abrasador, y la abrazó como si fuera lo único de este mundo que quedaba en pie. Esa noche se confesaron antiguos sentimientos, y acabaron entregando sus almas mutuamente por completo, creándose un vínculo  de fuego entre " el que posee las claves " y "la descendiente del fuego".
A la mañana siguiente llegaron pronto a la piedra del destino, juntos se dirigieron al círculo que la rodeaba e inmediatamente el suelo comenzó a temblar, la piedra del destino les reconoció enseguida y oyeron una voz en sus mentes " Gracias por recibir vuestro destino con tanta aceptación, como descendientes de los dioses, os bendigo con el don del la inmortalidad y el control de los elementos del fuego para Enia y el agua para Kalen, vuestro deber juntos será proteger  la  vida de la humanidad, yo estaré siempre aquí para ayudaros en vuestro camino".
Así es como  el final de Enia y Kalen se convirtió en un principio, el principio de su vida juntos, para cuidar el legado de sus antepasados.