25 de marzo de 2015

Las almas ahogadas

Almas solitarias en un barco a la deriva, llenas de tristeza y melancolía. Lágrimas escapan por la borda del barco, cayendo al mar enfurecido, creando un rebelde y salvaje oleaje. Las espumosas olas ennegrecidas, atrapan al barco en una especie de remolino y entonces del centro comienza a elevarse una especie de gárgola viviente y feroz, poco a poco se deja ver; unos intensos ojos azul marino destacan en el centro de un rostro hermosísimo. En ese momento hay un reconocimiento atroz entre las almas, es Poseidon el dios del mar. Se sienten traicionadas, solas y abandonadas ante este ser de inmenso poder, porque saben lo que ahora viene. Un tridente se levanta por encima de su cabeza hacia el barco, este zumba chirriando con cada vibración, almas saltan voluntariamente por la borda para caer en las fauces de esas olas espumosas, que resultan ser los tritones de Poseidon. Finalmente las recogen a todas, que entre alaridos de dolor son arrastrados a las profundidades del océano, tragadas por una oscuridad impenetrable, para entregárselas con sonrisas malévolas al rey del inframundo Hades.

24 de marzo de 2015

Guerra fría

Recuerdo tras recuerdo te mantengo viva conmigo, aunque eso sirve para mantenerte junto a mi alma cada segundo de mi vida, lloro por dentro por todas las cosas que tú podías hacer y yo no puedo. Eras un pilar estable que manejaba todo sin darnos apenas cuenta, pero ahora que no estás la batalla ha estallado y yo no puedo controlar las bombas que lanzan a mi alrededor, aunque estas no sean para mi. Intento ser la mente de la razón y un pensamiento lejos de influencias de uno y otro bando, pero la verdad es que no puedo; yo soy la que está sufriendo los daños colaterales y no puedo hacer nada. No me puedo decantar por un bando, no puedo tomar una decisión sin sentirme culpable y mal, no puedo en cada momento dejarme guiar por mis sentimientos sin ser juzgada, no puedo dar una opinión sobre esta guerra sin que me sea pedida. Lo peor de este llanto es que en el fondo sé que se están perdiendo oportunidades de paz, una paz que no sé si algún día se logrará y lo que esa paz puede arrastrar consigo. Porque déjame decirte, aunque tú seguro que ya lo sabías, que para llegar a la paz en muchas ocasiones se destruyen ciudades enteras primero. Yo no sé si podré con ello, pero sé que estoy harta de mantenerme al margen y no sé si realmente arriesgándome ganaré algo que no sea el dolor. No me vale un bando u otro, yo busco paz  y presiento que es imposible. Al final estoy sola en medio de un desierto de arena, soportando un calor abrasador y un viento huracanado lleno de mini cristalitos que cortan centímetro a centímetro mi piel hasta que penetran en mi interior, soportando todo para finalmente caer de rodillas y ser la que pierde.

17 de marzo de 2015

Relato breve: Un goteo en mi mente

Un pequeño goteo entra poco a poco en mi e invade mi mente dormida, no soy capaz de abrir los ojos y me siento completamente aturdida. Incapaz de ubicarme en estos momentos, pienso que se me ha olvidado cerrar bien el grifo, pero no puedo moverme en medio de esta oscuridad y con esta pesadez de cuerpo. Trabajo para intentar despertarme de esta extraña sensación y poder incorporarme. Un escalofrío me recorre cuando aparto la sábana que me cubre el cuerpo, me doy cuenta de que todo el ambiente está demasiado frío y húmedo, intento poner mis pies en el suelo, pero todo lo que noto bajo ellos al sentarme al borde de la cama es agua.
 Está helada, pero lo más extraño es que no toco fondo, eso me asusta demasiado y recojo mis pies al instante. ¿Qué demonios está ocurriendo? , no soy capaz de pensar correctamente y empiezo a pensar en la noche anterior, pero no encuentro en mi memoria absolutamente nada. El pánico invade mi mente, si al menos pudiese ver algo... esto tiene que ser una pesadilla y en cualquier momento me voy a despertar estoy segura. Me pellizco, no entiendo nada, pero tengo que hacer algo, o nos abre que está pasando. Decido que voy a bajar de la cama, si hay mucha agua volveré a subir de nuevo. Cuento hasta tres para mi misma y me deslizo en el agua; mierda, mierda, mierda esto es más profundo de lo que creía, el agua me cubre por completo y no tengo ni idea de cuantos metros hay por debajo mió . Subo a la superficie, cojo aire profundamente cuando salgo y abro los ojos, me sobresalto al descubrir que puedo ver algo, la iluminación es tenue como de una vela, y lo que veo me aterra.
Estoy en una especie de lago subterráneo, las paredes están llenas de moho y en la orilla que tengo a unos cinco metros de distancia hay un sillón de espaldas al lago, veo una cabeza alta, de cabello oscuro y corto, que se asoma por encima del respaldo. Un nuevo escalofrío de terror me atraviesa, observo atrás al lugar donde estaba; una especie de tarima con una cama en medio, ahí es donde estaba yo dormida. Algo en mi interior me dice que esto es algo muy malo, mi sexto sentido me dice que tengo que huir porque sé que esto es un juego y que yo voy a morir en él.
Nado intentando alejarme del sillón, cuando una voz retumba por toda la sala: -Ni siquiera lo intentes, no hay salida, tienes dos opciones, quedarte para obedecer o huir y morir.
Me quedo paralizada sin saber que hacer, el agua está demasiado fría y ya empieza hacer mella en mi, y ni loca pienso acercarme a ese sillón. Decido que lo mejor es volver a esa cama, si veo que ese hombre se acerca a mi, me ahogo antes de que intente herirme, prefiero morir a que me ponga las manos encima. Cuando me siento de nuevo en la cama, me arropo para secarme y quitarme la tiritona que tengo encima, después de unos minutos entro en calor y me relajo un poco, sin dejar de estar pendiente del sillón.
Pierdo la cuenta de los minutos que pasan hasta que esa horrible voz llena de nuevo las paredes y rebota por todo el lago: - Eres la elegida, vas a tener quedarte te guste o no. No eres una invitada, eres mi prisionera y mi sacrificio-. Entonces el sillón gira despacio, y veo un rostro de unos treinta años, con unos intensos ojos negros,la mitad de su rostro está lleno de brillantes escamas blancas  y tiene una extraña lengua larga bífida que le asoma cuando habla. no soy capaz de  asimilar lo que veo, así que  me dejo arrastrar por un intenso remolino en mi cabeza, lo siguiente que noto es oscuridad total, pero ese goteo sigue ahí .

12 de marzo de 2015

Inocencia

Un hermoso ser, pequeño, rebelde, impulsivo, temperamental, cariñoso y sobre todas las cosas inocente. Haga lo que haga, pase lo que pase, le miras y algo en tu interior se ablanda por esa inocencia. Si tienes un buen día, te lo mejora y eleva tu felicidad a la enésima no potencia.  Si tu día es malo, te cruzas con sus hermosos ojos, que te miran llenos de amor y se te olvidan un poco tus penas.
Es increíble lo que te hace sentir ante el miedo, porque sacas fuerzas de donde no las tienes y hasta se te olvida tu propio miedo. Solo temes porque esa inocencia se vaya, ese sí que es tu mayor miedo.  Gracias a esa inocencia disfrutas de unos sentimientos inimaginables, esa inocencia es mi más hermoso regalo, esa inocencia pequeña y a la vez tan grande es parte de mi norte, esa inocencia eres tú.

8 de marzo de 2015

El viento

Un delicado susurro en tu oído,
tan especial y a la vez tan mágico,
corre y corre con la misma vida,
va y viene, viene y va.

Siempre en suave movimiento,
incluso lo escuchas mar adentro;
le observo allá muy lejos,
aunque no lo veo, pero sí lo siento.
Va y viene, viene y va.

Deslizando tu hermoso cabello,
acariciando tu suave piel,
mientras te arrebata segundo a segundo,
 igual que impulsa las olas del mar.
Va y viene, viene y va.


El viento nos une a ambos,
 por muy lejos que estemos;
te acaricia y me acaricia con calor,
para encontrarnos y mostrarnos amor.
Va y viene, viene y va.

5 de marzo de 2015

Relato Breve: Tu mirada.

Un día nublado de octubre, Enma salió a la calle a primera hora de la mañana, cargada con su cazadora y paraguas porque presentía que iba a llover. Tras quince minutos de caminata en su trayecto habitual al trabajo, goterones empezaron a llenar el aire y a precipitarse sobre el asfalto de la ciudad. Suspirando, abrió su paraguas luchando contra el viento que acompaña esta lluvia otoñal; su paciencia se empezaba a crispar al intentar apartar el cabellos revueltos de su cara, pero sin lograrlo en absoluto. En una ráfaga su paraguas salió disparado, y ella fue a perseguirlo hasta que se estrelló contra un árbol. Con las pocas ganas que le quedaban de seguir este día se dispuso a coger el montón hierro y tela, cuando estiró su mano para alcanzarlo  encontró otra mano cálida. Levantó la cabeza y una mano más le apartó el cabello de los ojos, encontrándose de frente con unos enormes ojos oscuros, almendrados e intimidantes; en un primer momento un escalofrío le recorrió la espalda, pero no era capaz de apartar la mirada de esos ojos intensos. Un carraspeo le devolvió a la realidad de la calle, nerviosa retiró su mano de la del chico y le dio las gracias para seguir su camino desastroso al trabajo.
Durante la mañana en la oficina, su mente divagaba constantemente al chico que la hipnotizó con su mirada; ahora que lo pensaba bien era bastante atractivo, vestía informal con sudadera y vaqueros, pero le favorecían. De vuelta a casa deseaba encontrarse con esa mirada de nuevo, pero sabía que era inútil buscarla; no sabía nada de ese chico. Además parecía el típico que se creía la leche. Tras dos días teniéndolo en su cabeza, decidió que ya era hora de que se fuera a tomar vientos y se animó a salir con sus amigos de la universidad, solían quedar una vez cada tres meses, cenaban y hablaban de como les iban las cosas. Seguro que hablando con  Lucas, su mejor amigo, despejaría su mente.
Enma llegó tarde al restaurante porque estaba nerviosa y tardó más de lo habitual en aparcar el coche, entró directamente hacía la mesa que reservaban siempre; se le iluminó la cara al ver a Lucas y de espaldas a ella había un chico al que no conocía. Lucas asintió hacia ella, entonces el chico que no conocía se volteó y se quedó totalmente paralizada. Eran esos ojos de nuevo, grandes, oscuros e intimidadores. Exactamente como los recordaba, con los que había soñado durante los últimos días una y otra vez. Unas voces la devolvieron a la vida y se sentó junto a Lucas. La cena fue bastante bien, el chico nuevo se llamaba  Ismael, era amigo de Lucas de la infancia. Descubrió que tenían bastantes cosas en común, además durante toda la cena no dejaban de mirarse intensamente.
 Tras la cena, Ismael se ofreció a acompañarla  a su coche, en el trayecto andando iban charlando tranquilamente y sonriendose el uno al otro constantemente. De pronto unas sirenas insoportables les atacaban los oídos, tres pratuyas de policía venían en su dirección, los pitidos de coches les taladraban la cabeza. El chirrido de unas ruedas les sobresaltó en la calle, Ismael llamó a Enma  gritando, ella se giró para mirarle, pero lo único que vio fue el capó de un coche cerniéndose sobre ella y sintió un fuerte dolor en todo el cuerpo, era como si le clavasen un millón de agujas por todas partes. Su mente se oscureció por completo, una voz le llamaba a lo lejos, en un intento desesperado contra ese dolor abismal, abrió lentamente los párpados  y de nuevo vio esos ojos preciosos, que le acompañaron todo el tiempo esa noche, en un último aliento le dijo como pudo : Me llevo conmigo tu mirada. Con esas últimas y hermosas palabras para Ismael,  la vida de Enma se apagó en ese instante para siempre.

2 de marzo de 2015

Nada...

Tu  mente abrumada con una sucesión de pensamientos, que te invita a despojarte de todos ellos, pero por más que lo intentas no eres capaz. Tu pecho subiendo y bajando a un ritmo demasiado rápido, causado por la respiración descontrolada de tus pulmones. El aire empujando con brusquedad a través de tu cuerpo, provocando  una visión borrosa y blanquecina, que se va oscureciendo con segundos eternos que pasan a tu alrededor.
Después de eso: Nada,  absolutamente nada, ya no eres capaz de ver, ni de oír, no sientes tus huesos ni tus músculos. No eres consciente de lo que ocurre a tu alrededor, y no sabes tan siquiera si estás respirando. Tu pecho no sube y baja, tus pulmones no sabes si se están llenando de aire, y no eres capaz de abrir los ojos ¿Quizás están abiertos? y no lo sabes, no sientes absolutamente nada. Ni siquiera una pequeña ansiedad al pensar en esa nada, aún pareciendo que debes temer este vacío, no es así.
 Tan solo sientes esa nada, disfrutando de ella, por una simple razón; es adorable por un momento no sentir absolutamente nada ¿Cuanto durará? Nadie lo sabe. Quizás me quede así para siempre ¿Qué es esto? ¿Por qué estoy en este estado? Nada de eso importa, no te obsesionas en buscar respuestas, tan solo dejas a tu mente volar hacia el abismo ...
Un pitido lejano e  intermitente interrumpe esa nada en tu mente, intentas abrir los ojos lentamente y se filtra una luz brillante, demasiado intensa. Al acostumbrarte a la visión, se van asomando  rostros borrosos. Pequeños ruidos se filtran e invaden  tu mente...Que pena, se acabó esta nada...