28 de febrero de 2015

Fantasía

Sentir y tener ilusión por algo que no existe en este mundo, te permite sobrellevar esos agujeros negros que todos encontramos en algún momento de nuestra vida. Desde niños las ilusiones más pequeñas, están basadas en la fantasía pura de nuestra mente. El ser humano está diseñado para dejar volar la imaginación, eso nutre nuestra alma constantemente, haciendo que tengamos retos, ilusiones y nuevas emociones provocadas por esa fantasía. No podemos permitirnos el lujo de perder esa parte de nosotros mismos, porque al final lo único que nos queda sin esa fantasía es una rutina, aburrida, monótona y carente de emoción.
Desconecta de vez en cuando y permite a tu cabeza divagar, imagina el poder que una estrella puede tener en ti. ¿Te lo digo? todo el que tú le quieras dar. Esos hermosos seres que podemos crear como Ninfas, Elfos, Hadas, Dragones... Todos ellos cuidan de nuestra alma, nos envuelven desde pequeños en sus brazos, meciendo nuestra infancia para plantar la semilla del hermoso en nuestro ser. Por un momento, permítete el lujo de imaginar un alter ego en otro mundo, en el que tu podrás hacer lo inimaginable: Volar a través de nubes de colores,  con un viento con tu olor favorito llenándote los pulmones y al exhalar, aparece ante ti la más increíble de las flores. Tener unas alas impresionantes, que si te envuelven, te conviertes en invisible. Hablar con seres de otro mundo, que te escuchan sin protestas y te reconfortan de los males de nuestro mundo...
Di me si no son maravillosas, esa infinidad de posibilidades que se despliegan ante ti, todo a través de una palabra: fantasía. Todo al alcance de tu mente, de hasta donde tú estés dispuesto a llegar. Anímate, anima a tu alma y deja que la fantasía te infunda algo diferente de la realidad y que sea una forma de olvidarte de lo mundano.

26 de febrero de 2015

Agotamiento

Abres los ojos después de una corta noche, sintiendo cada parte de tu cuerpo como el plomo. Piensas que si no te mueves, se pasará la sensación y podrás enfrentarte al día. Pero eso no ocurre por muchos minutos que esperes, incluso  se agrava. Al final decides poner los pies sobre la alfombra e incorporarte lentamente, pero el resultado es todo tu cuerpo desgarbado caminando en un intento de localizar el grifo de la ducha. Bajo el agua, piensas que eso repondrá tu energía, pero de nuevo te equivocas, porque lo único que consigues es un temblor hasta lo más profundo de los huesos, que te obliga  a secarte tiritando y vestirte pensando en todos los insultos  que conoces . Pones tu última esperanza en esa taza de café, que te espera llamándote, pero que solo resulta ser un pozo negro amargo que agrava tu temblor nervioso. Te resignas y sales de casa, pensando en la mierda de día que te espera. Tu optimismo está por los suelos y tu mente totalmente desconectada de tu ser, en una especie de sonambulismo que apenas reaccionad a los estímulos de la calle. Llegar al trabajo es un reto, pero más aún pasar allí el resto de la jornada. Aún así, después de quinientos treinta y siete suspiros, una aspirina y dos botellas de agua; consigues superarlo. Aunque para ti ha sido una larga pesadilla, que solo puedes solucionar entregándote de nuevo a la oscuridad del sueño; con la esperanza de que al despertarte tus músculos reaccionen, en lugar de sentirse nuevamente pesados. Abres los ojos, la sensación del plomo empujando tu cuerpo de nuevo se apodera de ti...¡nooooooo! necesito sobrevivir para poder vivir al fin...

4 de febrero de 2015

Boom,boom,boom

Se inicia al escuchar un latido por segundo: boom,boom,boom... El ritmo se para tres segundos, para de nuevo  retomarlos cada medio segundo: boom,boom,boom... De repente uno se eleva hasta el infinito, cortándote la respiración y provocando que cada una de las venas de tu cuerpo se sobresalten a la vez. Tus ojos se agitan y rebuscan nerviosos ¿qué es lo que quieren ver?, realmente no quieren ver nada, nuestra mente juega con nosotros. 
El ser perverso que llevamos dentro, nos atormenta creando un mundo paralelo inexistente, pero que a la vez  nos teletransporta a otra dimensión. Realidad  y ficción se entremezclan y  atormentan tu interior. Aunque la parte razonable de tu ser intenta tomar el control para relajar esos latidos. Pero al segundo siguiente todo se vuelve negro, tu alma se sume en una niebla densa que se te desorienta. El ser perverso de tu interior vuelve a ganar terreno y tu alma intenta rasgarte para salir. Tu lucha interna se acrecienta, pero de repente eso que te ha sobresaltado se desvanece; intentas retomar tu ritmo de respiración y tu mente racional toma el control.
 El día termina y decides cerrar los ojos para restablecer tu equilibrio, respiras lentamente. Hasta que un rayo intenso de agonía atraviesa tus párpados como un flash y desvela al ser perverso de tu interior... Tu lo devuelves a donde pertenece, al interior, el  rayo vuelve cada minuto hasta que la oscuridad llega e intranquilo te das por vencido.