1 de julio de 2015

Sin Aire

Siento mis pulmones pesados, con cada respiración el aire se vuelve más y más denso, tanto que parece que estoy respirando líquido caliente que me abrasa desde el interior. Las venas se me van dilatando, hasta hincharse y quedarse completamente abultadas; dándole a mi piel una apariencia ruda y tosca. Mi color blanquecino se va tornando rojo fuego, y mi cuello se va estirando en busca de algo fresco; pero como no encuentra absolutamente nada, se queda completamente rígido y contraído. Una enorme bola de plomo se coloca en el centro de mi estómago, rodando a toda velocidad y luchando por encontrar la salida. Esa bola sube lentamente, pero abrasando todo a su paso, y con ella mis cuerdas vocales empiezan a vibrar, con tal fuerza que un leve gruñido se empieza a formar en el fondo de mis pulmones elevándose con toda la fuerza posible hasta desencadenar en un grito desgarrador de mi alma,  que se eterniza hasta que se agota junto con el aire de mis pulmones. Entonces y solo entonces, soy capaz de respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario