19 de marzo de 2020

Mi casa de pájaro

Las hojas crujían bajo mis pies mientras paseaba por el bosque silencioso, cogía aire con mis pulmones y percibía el olor terroso de la hojarasca. Las yemas de mis dedos rozaban alguna que otra corteza de roble al pasar, con la necesidad de sentir que este momento era real, que después de tantos años podía volver a caminar entre estos árboles.
Seguí el camino no sin antes mirar sobre mi hombro los troncos desnudos una vez más, descubriendo una pequeña casa de madera para pájaros en uno de los troncos. Paso tras paso avanzaba en mi camino de regreso e incluso antes de llegar a ver nada, pude notar el olor familiar de la chimenea, la misma junto a la que había pasado incontables noches de mi infancia en la mejor de las compañías, sabía que el olor no era real, porque ahora no había fuego ni brasas, aunque el recuerdo de aquel olor sería eterno para mí.
Noté la hierba acariciar mis tobillos y no pude resistirme a coger carrerilla y subir la colina como hacía años. Hice la subida con ímpetu, con ganas de llegar arriba y disfrutar de las vistas, mientras una sucesión de imágenes encadenadas se desplegaban ante mí, trayendo sonrisas inocentes de vuelta. Tantas sensaciones llegaron de golpe que no sabía como pararlas, así que me dejé caer unos minutos, mientras mis manos bailaban en el aire, imitando el aleteo de las mariposas, porque aquí era fácil pensar que volar era posible.
Después de serenar todas las sensaciones, continué  el camino  guiada por el sonido del agua, hasta alcanzar el río y pararme en la orilla. Me acerqué tanto que sin apenas darme cuenta estaba sobre la primera piedra que sobresalía en hilera hasta el otro lado. Mis piernas me exigían cruzar saltando, y yo no podía negarles esa satisfacción, así que salté una y otra vez hasta alcanzar la otra orilla, no pudiendo parar las lágrimas de alegría, con una sonrisa loca en mi cara como hacía mucho tiempo que necesitaba.
Estaba en mi casa de pájaro, encontrándome conmigo misma, conectando con lo que soy, para no perderme nunca más.

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